Todo empezó en 1945 con la compra de un torno usado. Friedrich Schunk lo utilizó para fabricar por encargo piezas de recambio para máquinas después de la guerra. Un garaje reconvertido en Lauffen am Neckar le sirvió de taller. La Segunda Guerra Mundial acababa de terminar y había mucho que hacer. Pronto se hizo un nombre con sus propios inventos. Al cabo de poco tiempo, el nombre SCHUNK se convirtió en sinónimo de inventos innovadores de gran calidad y durabilidad, como la punzonadora de pantallas inventada por Friedrich Schunk. Como resultado, cada vez más empresas de la zona encargaron al ingenioso inventor que hiciera más eficiente la producción de sus máquinas o que les suministrara componentes especiales.
En 1964, NSU Motorenwerke AG de Neckarsulm (hoy Audi AG) llamó a la puerta de Friedrich Schunk. La empresa, que en aquella época estaba especializada en vehículos motorizados de dos ruedas, también había empezado a desarrollar coches pequeños a mediados de la década de 1950 y buscaba un proveedor adecuado para fabricar un modelo de turismo. Friedrich Schunk aceptó el reto y trasladó su negocio a una gran nave de nueva construcción. A partir de ese momento, maquinó 3000 tambores de embrague y volantes de inercia al mes para el NSU Prinz 4. Ese mismo año, el hijo de Friedrich Schunk, Heinz-Dieter Schunk, se incorporó a la empresa.
Heinz-Dieter Schunk, que entonces tenía 22 años, introdujo sus propias líneas de productos y creó un departamento de ventas. SCHUNK se convirtió en un socio competente en la sujeción de piezas para la industria de transformación. Bajo su dirección, la empresa también se hizo rápidamente un nombre en el ámbito de la sujeción de herramientas. La tecnología de expansión hidráulica TENDO marcó un hito, al igual que la tecnología de sujeción poligonal TRIBOS para el maquinado automatizado de piezas. Solo los nuevos desarrollos hacen avanzar a una empresa. Heinz-Dieter Schunk siempre lo ha sabido.
En 1982, Heinz-Dieter Schunk descubrió los primeros robots equipados con una pinza durante una visita a una feria. Se dio cuenta de que los componentes de los brazos robóticos seguían siendo demasiado pesados y hacían que el ajuste fuera inestable. De esta observación surgió la idea de que el mercado necesitaba una solución ligera y sencilla. Así nació el campo de la tecnología de agarre, momento en que la empresa dio el siguiente paso en su desarrollo. Como uno de los primeros fabricantes, SCHUNK inició entonces su desarrollo de la tecnología de agarre estandarizada.
El aumento de la demanda en Norteamérica brindó la oportunidad de expandirse a principios de los noventa. En 1992 se estableció otro centro de producción en Raleigh, capital de Carolina del Norte (EE. UU.). En 1994, SCHUNK adquirió Hage GmbH, en Mengen, y amplió la cartera de productos con los chucks para torno. En la actualidad, dirigen la empresa familiar Kristina I. Schunk y Henrik A. Schunk, nietos del fundador. La cartera de clientes incluye ahora todas las empresas de renombre en el campo de construcción de plantas y maquinara, prácticamente todos los fabricantes europeos de automóviles y numerosas empresas de los sectores aeroespacial, de ciencias de la vida y de bienes de consumo.
El espíritu pionero que recorre la historia de nuestra empresa como hilo conductor permanece intacto hasta nuestros días. En la era de la Industria 4.0, las personas, las máquinas y los productos están todos interconectados. Participamos activamente en la formación de este avance, con servicios digitales, funciones de productos inteligentes y nuestro compromiso con la creación de un marco jurídico y criterios uniformes.
Para la automatización de los procesos de producción, no solo suministramos componentes individuales, sino también los módulos de software correspondientes. Con nuestras aplicaciones, desarrollamos funciones inteligentes para cada necesidad y abrimos así campos de aplicación completamente nuevos. A menudo combinamos varios componentes para crear soluciones específicas para cada aplicación. Esto significa que el alcance funcional de nuestros productos crece continuamente. Validamos estas aplicaciones de clientes en CoLabs —nuestros centros de aplicaciones robóticas— y las coordinamos para que nuestros clientes puedan disfrutar de soluciones sencillas y listas para usar. En nuestras aplicaciones también integramos componentes de proveedores externos, como brazos robóticos o cámaras.
Ya hablemos de robótica, IA o automatización, las tecnologías evolucionan más rápido que nunca. Esto se traduce en enormes oportunidades y libertad de diseño para el futuro.